Su nombre hace referencia a la flor del rosal, una de las más populares y conocidas; asociada al amor y la belleza. Un diseño muy cómodo y con movimiento, perfecto para el día a día. Pequeñas figuras de color con folia que están unidas a una argolla de plata.
Su proceso productivo es circular y le da aún más sentido al concepto “upcycling” o “supra reciclaje”. En cada pieza se usaron retazos de las rebarbas (o parte residual) de otras colecciones, las que se fueron clasificando por color y tonalidad y usando la termofusión para la creación de “telas plásticas”. En la composición de cada pieza hay folia reutilizada, lo que le entrega un acabado brillante y sofisticado a cada diseño. Su montaje es minucioso y prolijo, de varias horas de trabajo en el taller.